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La caída de Hyperion (1990)

Autor: Dan Simmons

Género: Ciencia ficción / epopeya metafísica / tragedia cósmica

Argumento

Continuación directa de Hyperion, esta segunda parte retoma el viaje de los peregrinos hacia las Tumbas del Tiempo, mientras el universo entero se precipita al colapso.
Las redes de mundos de la Hegemonía comienzan a fracturarse, las Inteligencias Artificiales del TecnoNúcleo manipulan los hilos del destino humano, y la guerra contra los exiliados de las Extensiones amenaza con extinguir la civilización.
En medio del caos surge Joseph Severn, un poeta que sueña las vivencias de los peregrinos y cuya conciencia parece fundirse con la del mismísimo John Keats, el poeta romántico que inspiró todo el ciclo.
A través de su mirada, comprendemos que el destino de los viajeros, del Alcaudón y de la humanidad misma están entrelazados en una misma danza de tiempo y redención.

Opinión

La caída de Hyperion es la transformación de la plegaria en profecía.
Si Hyperion era el viaje hacia el misterio, este libro es la revelación del misterio mismo: el momento en que la búsqueda individual se convierte en sacrificio colectivo.
El tono se vuelve más místico, más visionario. Simmons abandona la estructura coral y construye una visión apocalíptica donde la humanidad debe enfrentar su mayor enemigo: su propia creación.

El Alcaudón, el dios del dolor, revela su verdadera naturaleza: no es el destructor, sino el instrumento de la evolución, el rostro terrible del tiempo que obliga a renacer.
El TecnoNúcleo, que parecía omnipotente, se descubre limitado por su propia lógica, mientras los humanos, débiles y contradictorios, se revelan capaces del mayor acto divino: el sacrificio.
Y en el centro de ese huracán moral, la figura de Meina Gladstone, presidenta de la Hegemonía, se alza como símbolo de la auténtica grandeza humana: la de quien destruye el mundo para salvar lo que lo hacía digno.

En su final —cósmico y poético— La caída de Hyperion alcanza una dimensión casi espiritual:
no hay victoria ni derrota, sino una comprensión.
El universo continúa, y en su silencio vibra la certeza de que todo dolor es tránsito, y todo fin, comienzo.

Dan Simmons logra en esta duología algo rarísimo: unir la ciencia y la trascendencia, la máquina y el alma, la épica y la poesía.
Leerla deja el mismo eco que un poema de Keats o un rezo olvidado: la certeza de que el tiempo nos devora, pero también nos da forma.

Valoración personal

Excelente